viernes, 22 de junio de 2012

MÉXICO EN LA CONQUISTA DE FILIPINAS


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México está por cumplir 200 años como nación independiente, pero casi 500 como entidad política desde que España lo crea (como Nueva España) en 1521.
Durante los primeros 300 años, México (la Nueva España) creció no solo territorialmente sino que contribuyó al engrandecimiento del Imperio Español de Carlos V, el más extenso que haya conocido la humanidad. 
 
Carlos V (Gante 1500-Yuste 1558)
 
 
 
 
Carlos V de Alemania y I de España (1500-1558). La historia no ha conocido un Imperio más grande que el suyo.
La Nueva España tuvo un papel preponderante en su expansión hacia América del Norte, el Pacífico y Asia.
 
 
 
 
En 1492 España ‘descubre’ por casualidad a América, pues la razón principal de los viajes hacia occidente era encontrar la ruta hacia el Asia oriental.
Por tal motivo, diversas expediciones españolas zarparon de Europa con el fin de establecer un puerto español desde el cual España obtuviera los beneficios del mercado asiático; ninguna tuvo éxito.
A quien le tocaría la fortuna de agregar las islas Filipinas al Imperio de Carlos V fue a Miguel López de Legaspi. Este español fungió como escribano del Cabildo de la Ciudad de México durante 36 años hasta que le fue encomendada por el Virrey Velasco la expedición para la adhesión del archipiélago filipino al Imperio Español.
Las islas habían sido descubiertas por Fernando de Magallanes quien murió allí en un combate.
Así, con madera extraída de los bosques jaliscienses de la Sierra de Quila, López de Legaspi armó su flota zarpando de Barra de Navidad en 1563; los marinos eran casi en su totalidad indígenas Mexicanos.
 
                                                              
Barra de Navidad (Jalisco). Los primeros esfuerzos descubridores de España hacia el Pacífico Norte de América y Asia iniciaron de este puerto. De aquí partió la expedición de Miguel López de Legaspi con decenas de indígenas Mexicanos para conquistar Filipinas para España. Desde la Ciudad de México se controló a partir de entonces la administración de las Filipinas.
 
 
Llegó a las Filipinas 3 meses después siendo recibido en una de las islas amistosamente; tras tomar posesión de las islas para España, decidió emprender la revancha contra los Tagalos quienes habían destrozado a Magallanes y su flota.
Así, el ejército Hispano-Mexicano atacó la isla de Tuzón y, al alcanzar su objetivo, fundó Manila la cual sería la capital de las Filipinas (se les nombró Filipinas en honor del Rey de España, Felipe II). La pacificación del archipiélago duró 4 años. 
Como dato curioso, meses después López de Legaspi se enteró que un miembro de su ejército había sido esclavizado; lo único que el prisionero sabía decir en Castellano era ‘Castilla’, pues hablaba únicamente náhuatl.
 
A partir de la conquista, las Filipinas dependerían política y económicamente de la Ciudad de México.
De la capital de la Nueva España salieron Gobernadores, Obispos y comerciantes. La Ciudad de México era la capital política y económica de varias de las posesiones españolas en el mundo: Florida, Filipinas, Centro América, Cuba y Puerto Rico. Madrid recibía solamente las utilidades.
Uno de los propósitos de la conquista de Filipinas se había alcanzado: comerciar libremente con Asia.
Para ello, Manila se enlazaría comercialmente con Acapulco (único puerto norteamericano autorizado por Madrid para comerciar con Asia).
 
 
Una vez al año un galeón y 4 ‘pataches’ iniciaban la travesía llevando productos Americanos a Asia y viceversa; España concentraba las mercancías de India, Japón y China con Norte América.
De Asia llegaron por ejemplo, los mantones y los mangos de Manila y las sedas. La cerámica asiática influenció a la Talavera de Puebla y a las lacas de Michoacán, entre otros (el muralista mexicano Dr.Atl (siglo XX) decía que el arte mexicano tiene más de Asiático que de Europeo).
Al llegar a Acapulco las mercancías eran transportadas a la Ciudad de México donde se comerciaban en el mercado del Parián (ya desaparecido, estaba en el Zócalo).
Otra parte del cargamento era enviado a Veracruz desde donde era embarcado a Cádiz, España.
De Acapulco salían hacia Asia, entre otros muchos productos, millones de monedas de plata de Zacatecas y Guanajuato que circularon por más de dos siglos en todo el este asiático.
Un producto Mexicano fue ampliamente apreciado por los marinos de la época: la hamaca.
Con el viento a favor, el viaje Acapulco-Manila se hacía en 1 mes, pero el de regreso en 2, pues para hacer menos difícil el camino, la flota debía de aprovechar los vientos que se encontraban favorables en la ruta Filipinas-Japón-Alta California-Acapulco (en la Segunda Guerra Mundial los estadounidenses ‘redescubrieron’ estos mismos vientos llamándoles -como hasta- ahora ‘jet stream’).
 
                                       
                                                        Ruta marítima Acapulco-Manila y Manila-Acapulco utilizada durante 250 años.
Marinos Españoles y Mexicanos descubrieron en los años 1500s lo que hasta hoy en día utilizan barcos y aviones para trasladarse de Asia a América: la ruta de los vientos que hace más sencilla la travesía de Asia hacia América.
 
La presencia Mexicana en el este Asiático era importante; era común ver a personajes importantes de la política japonesa, por ejemplo, visitando la capital de la Nueva España.
Por cierto, en España y América, Japón era conocido como ‘Cipango’ y China como ‘Catay’.
Con el declive de España del escenario mundial y el inicio de las independencias de sus colonias Americanas, el intercambio Manila-Acapulco llegó a su fin; el último galeón llegó a la Bahía de Santa Lucía en 1815 terminando el vínculo que unió a México y Filipinas por 250 años.
La presencia española se extendería hasta 1898, año en el que Estados Unidos declara la guerra a España y la despoja del archipiélago Filipino, Cuba, Puerto Rico y Guam.
El Castellano, idioma oficial hasta entonces, cedería terreno al Inglés; a pesar de ello los nombres españoles y la religión católica son, aún hoy, vínculo que Filipinas tiene con la comunidad hispana, siendo México su principal forjador.
La última presencia Mexicana en Filipinas ocurrió en 1945; el Escuadrón 201 realizó 58 operaciones aéreas desde allí al final de la Segunda Guerra Mundial cuando Filipinas estaba aún ocupada por los japoneses. 
Como tantos otros, permanece este capítulo como desconocido para la mayor parte de los Mexicanos.
Uno de los escasos monumentos que recuerdan estos hechos en México se encuentra precisamente en Zapopan (en la Avenida López Mateos), conocido como ‘Las Águilas´.
 
Esa calle, muy cerca del entonces el ‘Camino Real de Colima’, conducía a los navegantes Mexicanos y Españoles hacia el puerto de Barra de Navidad.
En dicho monumento se detallan brevemente las historias entretejidas de los pueblos Mexicano y Filipino y la estrecha relación que mantuvieron por 3 siglos.
 
La Nueva España (México) mantuvo una importante presencia en toda América, el Pacífico y el este Asiático.
Era la colonia Americana más conocida del mundo, su plata y sus monedas acuñadas en la Ciudad de México circularon por muchos lugares del planeta.
 
El Museo ubicado en el Fuerte de San Diego en Acapulco, entre otros, muestra la presencia Novo Hispana en el Océano Pacífico.
 

Mapa de los descubrimientos y bautizos realizados entre Españoles y Mexicanos desde la costa de Jalisco hasta Alaska.
Valdés, Córdoba y Revillagigedo en Alaska hasta los de Baja California fueron salpicados con nombres Castellanos.

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